Aquí os dejo una reflexión que hice este verano, una mañana muy temprano en la playa estuve escribiendo:
Vivir desde la mente siempre nos va a crear problemas, porque todos tenemos algún tipo de trauma o sufrimiento en la mente por las experiencias vividas en la infancia. Debido a esto, las experiencias que vamos teniendo en la vida pueden dañar, abrir y recordar esas heridas del pasado y siempre estaremos sufriendo. En la vida tenemos momentos buenos, pero también tenemos los malos y no sabremos a qué es debido muchas veces.
Como eso no lo podemos cambiar, el camino es empezar a discernir sobre esto y cultivar la vida desde el corazón. Hacer las cosas desde dentro. Una vida más espiritual, más equilibrada desde tu ser.
Es un trabajo lento en el que tomas consciencia de tu forma de actuar en la vida.
La mente es muy fuerte y gana al corazón, pero con disciplina y positividad se puede ir cambiando, dice mi maestro.