El retiro de verano, es un momento de estar en la naturaleza, sola conmigo misma, sin nada más que hacer. Son días de introspección, de mirar hacia dentro, de ver qué cosas están ahí para trabajar. Revisar y mirarme, qué me duele, qué me angustia, qué me preocupa. Son momentos de soltar todas esas emociones y coger fuerzas para tener una actitud positiva. Volver a la ciudad, al día a día, a la rutina con otro prisma, con otra actitud, con otra mirada, sin tantos pensamientos que obstaculizan el camino.
El retiro son días de tranquilidad, aunque también hay removimiento, mi maestro está ahí para ayudarme a ver aquello que mi mente bloquea porque no quiere sufrir.
RESPIRAR
ESCUCHAR LOS SONIDOS DE LA NATURALEZA
ESTAR
OBSERVAR
CONEXIÓN
PAZ
La naturaleza nos enseña la calma, el contentamiento, la libertad, el amor.
Vuelvo con más energía y ganas de seguir adelante.
La vida hay que vivirla, nadie lo puede hacer por mi.