Lo primero que tenemos que hacer es observar la mente, entonces verás pensamientos flotando. La mente no existe como entidad, sólo existen los pensamientos. Eso es lo primero.
Segundo: los pensamientos existen separados de ti, van y vienen, como las nubes, van y vienen. Si intentas aferrarte a un pensamiento verás como no puedes retenerlo mucho tiempo. Ha de seguir su camino, tiene su nacimiento y su muerte. Los pensamientos no son tuyos, no te pertenecen. Son visitantes.
Si observas con atención te puedes convertir en su anfitrión: los pensamientos serán tus huéspedes. Tu eres el dueño de la casa, recíbelos pero no te identifiques con ellos porque ocuparán tu lugar de dueño de la casa.
La mente se convierte en el problema porque te identificas con tus pensamientos. Ellos vienen y se van. Por eso tienes que permanecer arraigado en el anfitrión, no te centres en los huéspedes.
Hay huéspedes malos y visitantes buenos, pero no has de preocuparte de ellos. Un buen anfitrión trata a todos los invitados de la misma manera. Si surge un mal pensamiento lo trata igual que a un pensamiento bueno.
Sólo necesitas no identificarte con lo que viene y se va. Tu eres lo que permanece.
Tercero: ningún pensamiento es tuyo, siempre proceden del exterior. No son originales, todos son prestados. Muchas personas se han atribuido esos pensamientos antes que tu.
Las nubes que vagan por el cielo no tienen raíces ni hogar, lo mismo se aplica a tus pensamientos. Vagan como las nubes, no necesitas luchar contra ellos, ni siquiera tienes que tratar de pararlos.
No luches, mas bien, preséncialos. Se detendrán a medida que seas más consciente.
Aquí te dejo estas frases del sabio Tilopa (gurú tántrico de la India) para que puedan ayudarte a entender cómo funciona nuestra mente y cómo saber llevarla a nuestro terreno.